Acrónimo de información e intoxicación, el término lo introdujo
Alfons Cornella en 1996, y se refiere a la sensación que experimenta el usuario
al sentir que no puede abarcar ni gestionar la sobrecarga de datos que encuentra
en la red. Es lógico afirmar que nos
encontramos ante la enfermedad de la sociedad digital, cuya peor consecuencia es
que nos paraliza y nos impide avanzar hacia los objetivos, tanto individuales
como colectivos, debido a dicha saturación de datos, puesto que disponer de demasiada
información limita nuestra capacidad de comprender.
La primera persona en mencionar este fenómeno fue Alvin
Toffler que introdujo el término de “sobrecarga de información” por vez primera
en su libro “Future Shock” (1970). Toffler cuenta que el exceso de información al
que nos vemos sometidos nos impide tomar una decisión clara. Disponemos de
tanta información sobre un mismo tema, información que puede ser
contradictoria, errónea o incompleta, que nos provoca una gran angustia. De
esto se trata cuando hablamos de infoxicación ¿quién no la ha sufrido más de
una vez? Los síntomas son claros: agobio por la cantidad de datos, parálisis y
desconcierto ante un volumen ingente de información.
La red nos abre la puerta a una gran avalancha de datos,
y es importante saber que para procesar tanta información hay que tener mucho
conocimiento previo en la materia. En caso contrario, nos saturamos. Ya no
sabemos qué es lo relevante en semejante maraña de datos. Existe la creencia, no
obstante, de que leer todo lo que llegue a tus manos te hace estar más
informado, pero lo único que genera es más ansiedad. No podemos perder de vista
que cuando trabajamos con información, lo que debe primar es la calidad frente
a la cantidad. Sin embargo, buscamos más información de la necesaria para
tratar de comprobar que la que se tiene es la correcta y justificar así
nuestras decisiones. También recogemos información por si pudiese ser útil en
un futuro. Un bucle incesante que no nos conduce a nada.
Las consecuencias no se hacen esperar: la infoxicación nos provoca una imposibilidad de
profundizar en nada y de estar continuamente saltando de un dato a otro,
dificultando el trabajo eficaz y la toma de decisiones. La sintomatogía es diversa: dolor de estómago, pérdida de visión, problemas de atención y
concentración, dificultad para el análisis, búsqueda constante de información,
estrés y trastornos del sueño. Pero una de sus principales consecuencias es la
ansiedad. El psicólogo británico David Lewis lo denominó técnicamente como
“Information fatigue síndrome” en 1996.
¿Tiene solución?
Según Alfons Cornellá:
“El problema y
su solución comparten el mismo origen: la red. Internet nos satura de
información pero al mismo tiempo nos proporciona las herramientas para no morir
“infoxicados”. El punto crítico está en
comunicar más eficientemente.”
Hay varias maneras de afrontar esta situación:
- Aprendiendo a utilizar los buscadores y realizando búsquedas avanzadas para delimitar la información necesaria y no cargarla de datos que no nos interesan.
- Si queremos seguir formándonos, debemos tener claro cuáles son esos temas que nos interesan, saber dónde buscarlos y cómo hacerlo.
- Es importante priorizar el contenido crítico que nos ayudará a conseguir nuestros objetivos inmediatos y relegar aquél que nos puede ser útil más tarde.
- Podemos utilizar herramientas que agilicen nuestra consulta de información puesto que nos permiten seguir de forma centralizada los contenidos de varias páginas web sin tener que entrar en cada una de ellas.
- También es interesante utilizar las listas de Twitter y Facebook para agrupar determinados perfiles.
Todo esto nos permite organizar el tiempo que estamos conectados, mejorando nuestra productividad y haciendo que nuestra experiencia sea más satisfactoria y nos aleje de la angustia que provoca la infoxicación. Se trata de estar informado sin infoxicarse. Es un problema, por tanto, que se resuelve individualmente, con organización y priorizando los contenidos.
- Aprendiendo a utilizar los buscadores y realizando búsquedas avanzadas para delimitar la información necesaria y no cargarla de datos que no nos interesan.
- Si queremos seguir formándonos, debemos tener claro cuáles son esos temas que nos interesan, saber dónde buscarlos y cómo hacerlo.
- Es importante priorizar el contenido crítico que nos ayudará a conseguir nuestros objetivos inmediatos y relegar aquél que nos puede ser útil más tarde.
- Podemos utilizar herramientas que agilicen nuestra consulta de información puesto que nos permiten seguir de forma centralizada los contenidos de varias páginas web sin tener que entrar en cada una de ellas.
- También es interesante utilizar las listas de Twitter y Facebook para agrupar determinados perfiles.
Todo esto nos permite organizar el tiempo que estamos conectados, mejorando nuestra productividad y haciendo que nuestra experiencia sea más satisfactoria y nos aleje de la angustia que provoca la infoxicación. Se trata de estar informado sin infoxicarse. Es un problema, por tanto, que se resuelve individualmente, con organización y priorizando los contenidos.
Termino con una cita de Dr. J. Ignacio Aguaded, en la que el concepto “los medios” puede entenderse como "canales de información":
“Sin
embargo, ante los medios no cabe opción más inteligente que aprender a convivir
con ellos, ya que sin ellos es casi imposible vivir, sin un retiro espiritual
al estilo del de Carr, alejado de la civilización. Como respuesta individual, el
“empoderamiento» (empowerment) ante los medios es la mejor estrategia para
consumirlos inteligentemente, disfrutar y apropiarnos de ellos en nuestra vida,
para aprender, conocer y relacionarnos.”.
Referencias:
* Página web de Alfons Cornella, http://alfonscornella.com
* Del blog: https://infoxicadoblog.wordpress.com
*Artículo publicado por J. Ignacio Aguaded, editor de la revista "Comunicar": "Desde la infoxicación al derecho a la comunicación. From Infoxication to the Right to Communicate"
* Página web de Alfons Cornella, http://alfonscornella.com
* Del blog: https://infoxicadoblog.wordpress.com
*Artículo publicado por J. Ignacio Aguaded, editor de la revista "Comunicar": "Desde la infoxicación al derecho a la comunicación. From Infoxication to the Right to Communicate"
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